LAMENTO CULPAR A FABIOLA
El doble
discurso del presidente nuevamente nos coloca ante conductas acomodaticias, que
según las circunstancias y el auditorio expresan y comunican sentido a gestos,
conductas, y palabras.
Del no
hubo reuniones clandestinas a una foto con las mismas sonrisas de los vacunados
PRIVILEGIADOS. No es delito adelantarse en la cola, que vulnera el principio
jurídico “primero en el tiempo, primero en el Derecho”.
Del no
hubo reuniones clandestinas, infringiendo la disposición del Poder Ejecutivo
que dispuso la cuarentena obligatoria, con miles de muertos económicos, así
como de los muertos físicos, a reconocer que fue un descuido, en otras
palabras, reconocer NEGLIGENCIA. No hay igual ante la Ley, artículo 16 de la
Constitución Nacional. Ellos quieren ser la Ley.
Del no
hubo reuniones clandestinas, a la traición del inconsciente expresando ERA EL
PRESIDENTE, porque así como el oficialismo pide la expulsión del diputado
Fernando Iglesias, no defiende con el mismo rigor a Fabiola, la primera dama. Ella
es la culpable por invitar a una fiesta en plena cuarentena. El oficialismo No dará
apoyo para un juicio político contra Alberto Fernández.
Del doble
discurso, “se terminó la Argentina de los vivos” con la carga de agresividad
gestual plena y locuaz énfasis, a expresar que no se volverá a repetir.
Y así dar
por terminada una cuestión por la que miles de habitantes de Argentina están
procesados por violar la cuarentena obligatoria. Sumemos a ello, los varados en
el extranjero, los impedidos de ingresar a su domicilio en su provincia, los
impedidos de despedir a sus muertos.
Doble discurso
que profundiza la decadencia Argentina, de la que son responsable los mismos que
viven de la política y que durante años saltan de un espacio político a otro.
Por
último, reconoce Alberto Fernández que su larga trayectoria en la actividad
política lo hace inmune, afirmó “tener el cuero curtido”, o en otras palabras, que
lo sucedido y sus consecuencias NO lo afecta, le resbala, o no le importa.
Juan José Dimas.
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