OTRO ENFOQUE AL CONFLICTO EN UCRANIA.
Desde
que Rusia comenzó su campaña militar en Ucrania, impulsó una seguidilla de
reacciones negativas de países que, principalmente durante la denominada “Guerra
fría” eran sus oponentes tanto militar como ideológicamente.
Ese
grupo de países se amplió considerablemente, y la mayoría se sitúan en el denominado
hemisferio norte occidental del planeta.
Para
contrarrestar las acciones militares rusas, dado que en principio no pueden
actuar en el campo de batalla, desplegaron rápidamente una batería de medidas
que coincidentemente quieren afectar a Rusia, principalmente, en los planos
diplomáticos –se prevé el retiro de las representaciones diplomáticas-,
políticos –declaraciones condenatorias-, económicos –retiro de sociedades, supresión o congelamiento de inversiones entre
otras-, y sociales.
Dada
la crisis climática, que afecta al planeta tierra –con manifestaciones en
eventos adversos como sequías, inundaciones, incendios, crecimiento del nivel
del mar, acidez del agua en los océanos, crecimiento de la deforestación,
crecimiento de las áreas áridas y semiáridas, crecimiento en la pérdida de
biodiversidad, crecimiento en la producción de plástico no reutilizable luego del
primer uso (40 % del total producido), 35 % desperdiciado de los alimentos
producidos según estimaciones de la FAO, y un largo etcétera-, nuestra única
casa común, sería deseable que los mismos Estados, Empresas, Organismos Internacionales,
y otros, con responsabilidades, comunes pero diferenciadas, desarrollaran al unísono y con la prontitud
como vienen reaccionando para sancionar a Rusia.
Juan J. Dimas.