Un día inolvidable. Pero ….pero.
Sería una tarde noche inolvidable, que quedaría marcada en
la memoria de los miles o millones de televidentes que mirarían el partido de
football entre las selecciones Estados Unidos de América y Argentina. Pero algo
pasó. Como decían mis abuelos, siempre hay imprevistos. No importó cuan celosos estuvieron los
controles en todas las líneas. Algo pasó que se filtró eludiendo controles
afuera y dentro del estadio, y aunque fue fugaz como un destello quedó
registrado. Al fin y al cabo jugaban contra Argentina, que para esta copa
América vino resuelta a pelear la final.
Argentina ganó, y ganó bien, en todo momento impuso
jerarquía, individual y grupal. Pero algo pasó que se les escapó de las manos a
los organizadores. No pudieron parar a Messi. Comenzaba el segundo tiempo, los
espectadores, el árbitro, cuerpos técnicos, periodistas, fotógrafos, y los
jugadores estaban dispuestos. El cuerpo técnico y los jugadores del equipo
local analizaron como harán para contener a Messi. Pero, tampoco pudieron parar
al espectador que entró al campo de juego y corrió hacia el ídolo. Por cierto
que rápidamente, como si fuera otro Messi, el director de cámaras sacó de
pantalla el suceso y mostró las tribunas en lugar de mostrar que sucedía en el
campo de juego con la persona que quería llegar al ídolo. El árbitro no observó
una clara falta contra la comunicación y el derecho de todos los televidentes a
estar informados.
Como decían mis abuelos los imprevistos pueden sortear todas
las previsiones. Aunque hubo muchos
controles en todas las líneas.
Una fiesta del football, con goleada, ganó Argentina y va
por la final.