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EL OTRO MEDIO.
sábado, 24 de diciembre de 2011
miércoles, 21 de diciembre de 2011
SOBRE LA CRISIS GRIEGA, EUROPEA Y MUNDIAL
ENTREVISTA SOBRE LA CRISIS GRIEGA, EUROPEA Y MUNDIAL
Entrevista realizada por skype entre Juan José Dimas, para EL OTRO MEDIO, con Vicente Bastante Jiménez, en España. Corresponde al audio emitido en la edición del programa 261 del día 17 de diciembre de 2011.
Preguntas (P) y Respuestas (R)
1ªP. Tras leer tu artículo sobre la crisis griega y sus repercusiones en el mundo, publicado en la revista Istmo de la Unión Helénica Peloponense, de septiembre pasado, me gustaría preguntarte, en directo, lo siguiente, para empezar: ¿por qué se producen las crisis económicas y, en especial, esta vez, en Grecia, país de la Zona Euro?
1ªR. En primer lugar, basándonos en la ciencia económica, sabemos que se producen, periódicamente, los llamados “ciclos económicos”, que ya fueron estudiados por el economista ruso Kondrátiev, que los denominó “ciclos K”, estableciendo dos ondas o fases: una ascendente o de expansión económica, de unos 25 años de duración (fase A) y otra descendente o de estancamiento y recesión de duración similar (fase B). Aunque, también, podría hablarse de ciclos de duración mucho más larga, si bien todo esto podría cambiar si actuamos de forma armónica, entre todos, obedeciendo las leyes de la economía.
En cuanto al porqué afectó, en primer término, a Grecia, hay que recordar que la crisis actual tiene su origen en Estados Unidos, donde surgieron graves problemas bancarios y financieros, sobre todo, en 2008, y debido a que estamos en una economía global, la crisis norteamericana se trasladó, inmediatamente, a Europa, siendo Grecia el país más vulnerable, al constatarse en Bruselas (capital de la Europa comunitaria) que, a principios de 2010, los datos facilitados por Atenas, en cuanto al nivel de déficit público y deuda pública o soberana, no se ajustaban a la realidad, lo que propició la necesidad de iniciar una serie de ajustes económicos y financieros para intentar equilibrar la economía helena, lo cual exigió acudir a su rescate financiero por parte de la Eurozona, que, como es sabido, está constituida por 17 países de los 27 que forman la llamada “Unión Europea”, que, en realidad, todavía en estos momentos, no deja de ser más que una “unión económica y monetaria de alcance limitado y no una verdadera unión política”, que es lo que realmente le daría una sólida credibilidad internacional.
2ªP. ¿Por qué le siguieron en la petición de rescate financiero otros países, tales como Irlanda y Portugal?
2ª R. En una economía globalizada y más aún en los países de la Eurozona, las economías nacionales están entrelazadas, de manera que si una de ellas tiene problemas financieros, se contagia o traslada a las demás, como fichas de un dominó. Además, al no funcionar la Unión Europea y dentro de ella, más específicamente, la Zona Euro, como un solo Estado Federal con soberanía propia sobre los grandes parámetros macroeconómicos indispensables para lograr el equilibrio financiero, es decir, mediante el control de los ingresos (política fiscal), el control de los gastos (política presupuestaria), el control de la deuda (política monetaria) y el control de la productividad (política laboral), es lógico que, una crisis tan grave como la actual, se desate de manera más virulenta, al estar frente a 27 países, de las más diversas características, normas legales e idiomas diferentes, que constituyen, en su conjunto, un importante hándicap para lograr una verdadera cohesión interna, por falta de armonización entre todas estas economías nacionales tan diversas las unas de las otras.
Por ello, fueron los líderes políticos de sólo dos países: Alemania y Francia, las potencias más importantes de la Eurozona y líderes del euro, los que acordaron, a finales de 2010, que los inversores privados (comúnmente llamados “los mercados”) acudieran al rescate de países con problemas financieros, aparte del Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que hizo que se desatara un huracán o tsunami financiero, con lo cual las agencias de calificación internacionales, tales como Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s (S&P), empezaron a rebajar la calificación de la deuda soberana de los países de la Eurozona, disparándose, con ello, la denominada “prima de riesgo” o diferencial de tipos de interés con respecto a la mayor potencia europea, que es Alemania, considerado como seguro y solvente de la Unión Europea.
Esta actuación produjo una subida de los tipos de interés aplicables a nuevas emisiones de deuda pública de los países más endeudados que necesitaban refinanciar su deuda para no llegar a la suspensión de pagos o “default”, creando una situación comparable a la del “pez que se muerde la cola”, pues cuanto más altos sean los tipos de interés exigidos por los mercados o inversores, tanto más dificultades tendrán países como Grecia, Irlanda y Portugal, en devolver esos préstamos de fuera, con intereses cada vez más altos, generando una situación financiera cada vez más grave, conforme va transcurriendo la crisis económica y financiera….
Pensemos, simplemente, cómo puede hacerse frente al pago de nueva deuda generada para hacer frente a pagos internacionales de hoy, si en lugar de pagar el 1% en la Eurozona, en condiciones normales, que ya representa el doble que en el Reino Unido o el cuádruple de Estados Unidos, estos países se ven obligados a pagar 5 o 6 veces más de intereses, con el efecto colateral de que este gasto presupuestario enorme hace que tenga que detraerse ese dinero de lo que se necesita para emplearlo en educación, inversión productiva o creación de empleo, premisas básicas para salir de la crisis.
3ªP. ¿Por qué la Unión Europea no funciona como los Estados Unidos de Norteamérica?
3ªR. Como ya he dicho, contrariamente a EE.UU., en la Unión Europea hay 27 países, que, cada uno, lleva las riendas de su economía, que son muy diversas entre sí y con intereses muchas veces contrapuestos, a pesar de existir instituciones europeas, tales como el Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Tribunal de Justicia Europeo, y tener designados a altos ejecutivos de dichos Organismos, sin que, en la práctica, tengan verdadero poder sobre sus estados miembros. La verdad es que, a nivel europeo, se dictan todo tipo de Directivas Comunitarias, que son de obligado cumplimiento por todos los países miembros, que afectan al mundo económico y financiero, pero que cada país miembro puede adaptarlas a su situación particular, por lo que, de hecho, se producen 27 legislaciones nacionales, en las que se producen disparidades, a veces, enormes, entre ellas, dentro de los márgenes (o “brackets”) concedidos por dichas Directivas, que no ayudan, realmente, a la verdadera armonización comunitaria en el seno de la Unión Europea. Por ello, sería necesario dictar Directivas que vincularan, directamente, a todos los países miembros, constituyendo normas legales aplicables, sin modificación, por cada país de la Unión, para evitar distorsiones entre ellos.
En otras palabras, estamos a medio camino de lograr ser como los EE.UU., al no lograr un acuerdo de unión política, ya que cuando algún dirigente de cualquier país de la Unión Europea sale de viaje al mundo exterior, normalmente, sólo defiende y habla en nombre de su país y las decisiones que toman no afectan al resto de países miembros.
Para entenderlo mejor, se podría hacer un repaso rápido de la historia de Europa a partir de la segunda mitad del siglo XX: Ya en 1951 se firmó el Tratado de París, creándose tres Comunidades: la CECA o Comunidad Europea del Carbón y del Acero, la CEE o Comunidad Económica Europea y la CEEA (“Euratom” en las siglas inglesas) o Comunidad Europea de la Energía Atómica, que, junto con el Tratado de Roma, firmado en 1957, constituido por seis países, inicialmente, fueron el embrión de la nueva configuración europea. Conviene resaltar que mucho tiempo después, tras sucesivas ampliaciones de países que se adherían a lo que se denominaba “La Comunidad Económica Europea”, se firmaron los Tratados de Maastricht en 1992 o Tratado de la Unión Europea, modificado por el Tratado de Amsterdam en 1997, seguido del de Niza en 2001, para complementar al anterior, creándose el euro (que, en un principio iba a llamarse “ECU o European Currency Unit”, en sus siglas inglesas, equivalente a “Unidad de Cuenta Europea”), que entró en vigor el 1º enero 2002. En definitiva, estamos ante una Europa económica para 27 países y monetaria para sólo 17 miembros, que no tiene nada que ver con EE.UU., que es un solo país ante el mundo.
4ªP. ¿Qué soluciones ves para que la crisis económica mundial se acabe cuanto antes?
4ªR. En la cumbre europea de los pasados 8 y 9 de diciembre, Alemania y Francia han intentado, por todos los medios, lograr una reforma estructural del Tratado de la Unión Europea, para conseguir una verdadera integración económica, un solo presupuesto europeo, una fiscalidad única y un derecho laboral único, premisas básicas que nos permitiría, de verdad, estar protegidos de los llamados “mercados o inversores”, que sólo buscan su interés personal, sin importarles las consecuencias que pudieran tener sus acciones en la economía de países enteros, al albergar serias dudas sobre la gobernanza europea y la propia existencia del euro en el futuro, al ir cada país por su cuenta y no existir una voz única en Europa, haciendo que los tipos de interés de nueva deuda que se coloca en los mercados, por los distintos países miembros, se disparen, lo cual no tiene más que una razón política, al ir Europa a caballo de los mercados, provocando que la crisis se extienda como una mancha de aceite, afectando a todos los países.
Habida cuenta del hecho que no se ha logrado la unanimidad de los 27 países de la Unión Europea, para lograr esa mayor cohesión económica y financiera, al desmarcarse el Reino Unido del Tratado y vetarlo, lo que se ha producido, como gran evento europeo, es la firma de un Acuerdo Intergubernamental, por el que se establece la regla de oro, que establece la estabilidad presupuestaria de todos los estados de la Unión, de manera que si el déficit público fuera superior al 3% del Producto Interior Bruto, se aplicaría una sanción automática al país en cuestión, salvo que países, con derecho de veto, se opongan. Además, se han alcanzado otros acuerdos económicos y de capital financiero, que refuerzan la Eurozona, cuyos efectos positivos se dejarán sentir el próximo año 2012, confiando en que los mercados no lo interpreten como “nuevos paños calientes” para ayudar a los llamados países periféricos, tales como Irlanda, Portugal, España, Italia y Grecia, que, en su opinión, han estado viviendo por encima de sus posibilidades, endeudándose, excesivamente, en general, y que ahora tienen que hacer más sacrificios para restablecer su equilibrio financiero y reducir, sustancialmente, su déficit público.
Hay que decir que, aunque algunos países de la Unión Europea muestran debilidades importantes, su moneda, el euro sigue siendo una moneda fuerte, muy apetecible en América Latina y países como China, India y Japón, y que, en su conjunto, la Europa comunitaria dispone de una balanza por cuenta corriente más equilibrada y unas cuentas públicas más saneadas que, por ejemplo, Estados Unidos o Japón. Por consiguiente, si se llegara a alcanzar una auténtica Europa unida políticamente, se convertiría, automáticamente, en una gran potencia, sirviendo de contrapeso, en el buen sentido, a Estados Unidos, Japón y los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
En otras palabras, a nivel europeo, no veo ninguna solución definitiva, a corto plazo, para atajar la crisis, de una vez por todas, más que agarrando al toro por los cuernos, e intentar crear una auténtica Unión Política Europea, cuanto antes, que pueda plantar cara a los mercados y al mundo, con un solo Gobierno federal, un Presupuesto único y una sola Moneda en todo el ámbito comunitario, sin exclusión de ningún país miembro.
5ªP. ¿Qué repercusiones sociales está teniendo la crisis actual en Grecia, Europa y en el mundo, en general?
5ªR. Se está desmantelando el estado de bienestar que se había logrado tras muchos años de gran esfuerzo de los ciudadanos, pasándose al “estado de malestar”, que se está traduciendo, sobre todo, en Grecia, en una contestación social muy fuerte, al tener lugar huelgas generales continuas, en protesta contra las medidas sociales y económicas que se están tomando por parte del Gobierno, para poder seguir recibiendo ayuda del Fondo de Rescate (en julio 2012, conviviendo con el nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad, que contará con 500.000 millones de euros, para ayudar a los países que los necesiten).
En general, lo que está ocurriendo en toda Europa es que se están tomando medidas, tales como la subida de impuestos, los recortes en el gasto público y nula inversión pública, el aumento de la edad de jubilación, la congelación o reducción de salarios y pensiones, etc. etc., cortando, con ello, de raíz cualquier conato de recuperación o crecimiento económico, que es lo único que haría mejorar el nivel de vida e incremento del empleo, ya que, en toda la región europea, el desempleo está llegando a niveles absolutamente insoportables, sobre todo, en España, que va a la cabeza, seguido de Grecia y otros países, en los que la productividad, motor generador de crecimiento económico, continua bajando, debido a la situación de malestar social que se ha creado, con un descontento generalizado de la sociedad, sobre todo, porque debido a la recesión económica, no está fluyendo el crédito bancario como debería esperarse, al tener los bancos sus propios problemas de liquidez, debido a la morosidad que se está generando y, sobre todo, por el incremento del desempleo y el malestar social, que no se resuelve, precisamente, con el aumento de la presión fiscal, sino con medidas gubernamentales de estímulo a la creación de empleo.
Por ello, tal como ya dije anteriormente, debe alcanzarse la unión de todos para actuar solidariamente, crecer juntos, económicamente, tomando las medidas necesarias, en el seno de una verdadera Unión Europea, en lo político y en lo económico, y crear, al mismo tiempo, sus propias agencias de calificación de riesgos de la deuda soberana europea, que sepan evaluar, con mayor eficiencia, el riesgo financiero existente en la región europea.
Debo añadir que considero que no tiene sentido alguno que, dentro de una nueva Unión Europea, hipotéticamente hablando, dotada de un solo Gobierno europeo, con competencia en todos los ámbitos y con decisiones vinculantes, directamente aplicables a todos sus estados miembros, puedan convivir el euro con otras monedas distintas, debiendo poder emitir eurobonos para poder financiarse en los mercados internacionales, y de ese modo, acabando con la crisis económica y financiera, así como con el malestar social creciente que se está generando, al tener 27 voces, en lugar de una sola voz en el mundo.
Entrevista realizada por skype entre Juan José Dimas, para EL OTRO MEDIO, con Vicente Bastante Jiménez, en España. Corresponde al audio emitido en la edición del programa 261 del día 17 de diciembre de 2011.
Preguntas (P) y Respuestas (R)
1ªP. Tras leer tu artículo sobre la crisis griega y sus repercusiones en el mundo, publicado en la revista Istmo de la Unión Helénica Peloponense, de septiembre pasado, me gustaría preguntarte, en directo, lo siguiente, para empezar: ¿por qué se producen las crisis económicas y, en especial, esta vez, en Grecia, país de la Zona Euro?
1ªR. En primer lugar, basándonos en la ciencia económica, sabemos que se producen, periódicamente, los llamados “ciclos económicos”, que ya fueron estudiados por el economista ruso Kondrátiev, que los denominó “ciclos K”, estableciendo dos ondas o fases: una ascendente o de expansión económica, de unos 25 años de duración (fase A) y otra descendente o de estancamiento y recesión de duración similar (fase B). Aunque, también, podría hablarse de ciclos de duración mucho más larga, si bien todo esto podría cambiar si actuamos de forma armónica, entre todos, obedeciendo las leyes de la economía.
En cuanto al porqué afectó, en primer término, a Grecia, hay que recordar que la crisis actual tiene su origen en Estados Unidos, donde surgieron graves problemas bancarios y financieros, sobre todo, en 2008, y debido a que estamos en una economía global, la crisis norteamericana se trasladó, inmediatamente, a Europa, siendo Grecia el país más vulnerable, al constatarse en Bruselas (capital de la Europa comunitaria) que, a principios de 2010, los datos facilitados por Atenas, en cuanto al nivel de déficit público y deuda pública o soberana, no se ajustaban a la realidad, lo que propició la necesidad de iniciar una serie de ajustes económicos y financieros para intentar equilibrar la economía helena, lo cual exigió acudir a su rescate financiero por parte de la Eurozona, que, como es sabido, está constituida por 17 países de los 27 que forman la llamada “Unión Europea”, que, en realidad, todavía en estos momentos, no deja de ser más que una “unión económica y monetaria de alcance limitado y no una verdadera unión política”, que es lo que realmente le daría una sólida credibilidad internacional.
2ªP. ¿Por qué le siguieron en la petición de rescate financiero otros países, tales como Irlanda y Portugal?
2ª R. En una economía globalizada y más aún en los países de la Eurozona, las economías nacionales están entrelazadas, de manera que si una de ellas tiene problemas financieros, se contagia o traslada a las demás, como fichas de un dominó. Además, al no funcionar la Unión Europea y dentro de ella, más específicamente, la Zona Euro, como un solo Estado Federal con soberanía propia sobre los grandes parámetros macroeconómicos indispensables para lograr el equilibrio financiero, es decir, mediante el control de los ingresos (política fiscal), el control de los gastos (política presupuestaria), el control de la deuda (política monetaria) y el control de la productividad (política laboral), es lógico que, una crisis tan grave como la actual, se desate de manera más virulenta, al estar frente a 27 países, de las más diversas características, normas legales e idiomas diferentes, que constituyen, en su conjunto, un importante hándicap para lograr una verdadera cohesión interna, por falta de armonización entre todas estas economías nacionales tan diversas las unas de las otras.
Por ello, fueron los líderes políticos de sólo dos países: Alemania y Francia, las potencias más importantes de la Eurozona y líderes del euro, los que acordaron, a finales de 2010, que los inversores privados (comúnmente llamados “los mercados”) acudieran al rescate de países con problemas financieros, aparte del Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que hizo que se desatara un huracán o tsunami financiero, con lo cual las agencias de calificación internacionales, tales como Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s (S&P), empezaron a rebajar la calificación de la deuda soberana de los países de la Eurozona, disparándose, con ello, la denominada “prima de riesgo” o diferencial de tipos de interés con respecto a la mayor potencia europea, que es Alemania, considerado como seguro y solvente de la Unión Europea.
Esta actuación produjo una subida de los tipos de interés aplicables a nuevas emisiones de deuda pública de los países más endeudados que necesitaban refinanciar su deuda para no llegar a la suspensión de pagos o “default”, creando una situación comparable a la del “pez que se muerde la cola”, pues cuanto más altos sean los tipos de interés exigidos por los mercados o inversores, tanto más dificultades tendrán países como Grecia, Irlanda y Portugal, en devolver esos préstamos de fuera, con intereses cada vez más altos, generando una situación financiera cada vez más grave, conforme va transcurriendo la crisis económica y financiera….
Pensemos, simplemente, cómo puede hacerse frente al pago de nueva deuda generada para hacer frente a pagos internacionales de hoy, si en lugar de pagar el 1% en la Eurozona, en condiciones normales, que ya representa el doble que en el Reino Unido o el cuádruple de Estados Unidos, estos países se ven obligados a pagar 5 o 6 veces más de intereses, con el efecto colateral de que este gasto presupuestario enorme hace que tenga que detraerse ese dinero de lo que se necesita para emplearlo en educación, inversión productiva o creación de empleo, premisas básicas para salir de la crisis.
3ªP. ¿Por qué la Unión Europea no funciona como los Estados Unidos de Norteamérica?
3ªR. Como ya he dicho, contrariamente a EE.UU., en la Unión Europea hay 27 países, que, cada uno, lleva las riendas de su economía, que son muy diversas entre sí y con intereses muchas veces contrapuestos, a pesar de existir instituciones europeas, tales como el Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Tribunal de Justicia Europeo, y tener designados a altos ejecutivos de dichos Organismos, sin que, en la práctica, tengan verdadero poder sobre sus estados miembros. La verdad es que, a nivel europeo, se dictan todo tipo de Directivas Comunitarias, que son de obligado cumplimiento por todos los países miembros, que afectan al mundo económico y financiero, pero que cada país miembro puede adaptarlas a su situación particular, por lo que, de hecho, se producen 27 legislaciones nacionales, en las que se producen disparidades, a veces, enormes, entre ellas, dentro de los márgenes (o “brackets”) concedidos por dichas Directivas, que no ayudan, realmente, a la verdadera armonización comunitaria en el seno de la Unión Europea. Por ello, sería necesario dictar Directivas que vincularan, directamente, a todos los países miembros, constituyendo normas legales aplicables, sin modificación, por cada país de la Unión, para evitar distorsiones entre ellos.
En otras palabras, estamos a medio camino de lograr ser como los EE.UU., al no lograr un acuerdo de unión política, ya que cuando algún dirigente de cualquier país de la Unión Europea sale de viaje al mundo exterior, normalmente, sólo defiende y habla en nombre de su país y las decisiones que toman no afectan al resto de países miembros.
Para entenderlo mejor, se podría hacer un repaso rápido de la historia de Europa a partir de la segunda mitad del siglo XX: Ya en 1951 se firmó el Tratado de París, creándose tres Comunidades: la CECA o Comunidad Europea del Carbón y del Acero, la CEE o Comunidad Económica Europea y la CEEA (“Euratom” en las siglas inglesas) o Comunidad Europea de la Energía Atómica, que, junto con el Tratado de Roma, firmado en 1957, constituido por seis países, inicialmente, fueron el embrión de la nueva configuración europea. Conviene resaltar que mucho tiempo después, tras sucesivas ampliaciones de países que se adherían a lo que se denominaba “La Comunidad Económica Europea”, se firmaron los Tratados de Maastricht en 1992 o Tratado de la Unión Europea, modificado por el Tratado de Amsterdam en 1997, seguido del de Niza en 2001, para complementar al anterior, creándose el euro (que, en un principio iba a llamarse “ECU o European Currency Unit”, en sus siglas inglesas, equivalente a “Unidad de Cuenta Europea”), que entró en vigor el 1º enero 2002. En definitiva, estamos ante una Europa económica para 27 países y monetaria para sólo 17 miembros, que no tiene nada que ver con EE.UU., que es un solo país ante el mundo.
4ªP. ¿Qué soluciones ves para que la crisis económica mundial se acabe cuanto antes?
4ªR. En la cumbre europea de los pasados 8 y 9 de diciembre, Alemania y Francia han intentado, por todos los medios, lograr una reforma estructural del Tratado de la Unión Europea, para conseguir una verdadera integración económica, un solo presupuesto europeo, una fiscalidad única y un derecho laboral único, premisas básicas que nos permitiría, de verdad, estar protegidos de los llamados “mercados o inversores”, que sólo buscan su interés personal, sin importarles las consecuencias que pudieran tener sus acciones en la economía de países enteros, al albergar serias dudas sobre la gobernanza europea y la propia existencia del euro en el futuro, al ir cada país por su cuenta y no existir una voz única en Europa, haciendo que los tipos de interés de nueva deuda que se coloca en los mercados, por los distintos países miembros, se disparen, lo cual no tiene más que una razón política, al ir Europa a caballo de los mercados, provocando que la crisis se extienda como una mancha de aceite, afectando a todos los países.
Habida cuenta del hecho que no se ha logrado la unanimidad de los 27 países de la Unión Europea, para lograr esa mayor cohesión económica y financiera, al desmarcarse el Reino Unido del Tratado y vetarlo, lo que se ha producido, como gran evento europeo, es la firma de un Acuerdo Intergubernamental, por el que se establece la regla de oro, que establece la estabilidad presupuestaria de todos los estados de la Unión, de manera que si el déficit público fuera superior al 3% del Producto Interior Bruto, se aplicaría una sanción automática al país en cuestión, salvo que países, con derecho de veto, se opongan. Además, se han alcanzado otros acuerdos económicos y de capital financiero, que refuerzan la Eurozona, cuyos efectos positivos se dejarán sentir el próximo año 2012, confiando en que los mercados no lo interpreten como “nuevos paños calientes” para ayudar a los llamados países periféricos, tales como Irlanda, Portugal, España, Italia y Grecia, que, en su opinión, han estado viviendo por encima de sus posibilidades, endeudándose, excesivamente, en general, y que ahora tienen que hacer más sacrificios para restablecer su equilibrio financiero y reducir, sustancialmente, su déficit público.
Hay que decir que, aunque algunos países de la Unión Europea muestran debilidades importantes, su moneda, el euro sigue siendo una moneda fuerte, muy apetecible en América Latina y países como China, India y Japón, y que, en su conjunto, la Europa comunitaria dispone de una balanza por cuenta corriente más equilibrada y unas cuentas públicas más saneadas que, por ejemplo, Estados Unidos o Japón. Por consiguiente, si se llegara a alcanzar una auténtica Europa unida políticamente, se convertiría, automáticamente, en una gran potencia, sirviendo de contrapeso, en el buen sentido, a Estados Unidos, Japón y los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
En otras palabras, a nivel europeo, no veo ninguna solución definitiva, a corto plazo, para atajar la crisis, de una vez por todas, más que agarrando al toro por los cuernos, e intentar crear una auténtica Unión Política Europea, cuanto antes, que pueda plantar cara a los mercados y al mundo, con un solo Gobierno federal, un Presupuesto único y una sola Moneda en todo el ámbito comunitario, sin exclusión de ningún país miembro.
5ªP. ¿Qué repercusiones sociales está teniendo la crisis actual en Grecia, Europa y en el mundo, en general?
5ªR. Se está desmantelando el estado de bienestar que se había logrado tras muchos años de gran esfuerzo de los ciudadanos, pasándose al “estado de malestar”, que se está traduciendo, sobre todo, en Grecia, en una contestación social muy fuerte, al tener lugar huelgas generales continuas, en protesta contra las medidas sociales y económicas que se están tomando por parte del Gobierno, para poder seguir recibiendo ayuda del Fondo de Rescate (en julio 2012, conviviendo con el nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad, que contará con 500.000 millones de euros, para ayudar a los países que los necesiten).
En general, lo que está ocurriendo en toda Europa es que se están tomando medidas, tales como la subida de impuestos, los recortes en el gasto público y nula inversión pública, el aumento de la edad de jubilación, la congelación o reducción de salarios y pensiones, etc. etc., cortando, con ello, de raíz cualquier conato de recuperación o crecimiento económico, que es lo único que haría mejorar el nivel de vida e incremento del empleo, ya que, en toda la región europea, el desempleo está llegando a niveles absolutamente insoportables, sobre todo, en España, que va a la cabeza, seguido de Grecia y otros países, en los que la productividad, motor generador de crecimiento económico, continua bajando, debido a la situación de malestar social que se ha creado, con un descontento generalizado de la sociedad, sobre todo, porque debido a la recesión económica, no está fluyendo el crédito bancario como debería esperarse, al tener los bancos sus propios problemas de liquidez, debido a la morosidad que se está generando y, sobre todo, por el incremento del desempleo y el malestar social, que no se resuelve, precisamente, con el aumento de la presión fiscal, sino con medidas gubernamentales de estímulo a la creación de empleo.
Por ello, tal como ya dije anteriormente, debe alcanzarse la unión de todos para actuar solidariamente, crecer juntos, económicamente, tomando las medidas necesarias, en el seno de una verdadera Unión Europea, en lo político y en lo económico, y crear, al mismo tiempo, sus propias agencias de calificación de riesgos de la deuda soberana europea, que sepan evaluar, con mayor eficiencia, el riesgo financiero existente en la región europea.
Debo añadir que considero que no tiene sentido alguno que, dentro de una nueva Unión Europea, hipotéticamente hablando, dotada de un solo Gobierno europeo, con competencia en todos los ámbitos y con decisiones vinculantes, directamente aplicables a todos sus estados miembros, puedan convivir el euro con otras monedas distintas, debiendo poder emitir eurobonos para poder financiarse en los mercados internacionales, y de ese modo, acabando con la crisis económica y financiera, así como con el malestar social creciente que se está generando, al tener 27 voces, en lugar de una sola voz en el mundo.
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