Nueva fase del conflicto en Ucrania. Ayer domingo comenzó el alto el fuego en el este de Ucrania, más precisamente en el territorio de Donetsk y Lugansk donde desde hace casi un año se combate, conflicto cuyo número de muertos asciende según cifras de Naciones Unidas a casi 5.500. Para alcanzar dicho acuerdo, mucho le deben al esfuerzo diplomático realizado por Alemania y Francia. Párrafo aparte merece Alemania con intenciones de perfilarse en líder europeo por lo menos en las décadas iniciales del siglo 21. En una semana su líder no en vano recorrió el trayecto que une Berlín-Kiev-Berlín-Moscú-Múnich-Berlín-Washington-Ottawa-Berlín-Minsk-Bruselas-Berlín. Pero Alemania y Francia se empeñaron en frenar la escalada bélica, aunque no tienen certezas que perduren, y lo que es más incierto es que se cumplan en todo o en parte los puntos del acuerdo arribado en la ciudad Minsk. Las dudas están, allí en la misma ciudad en septiembre de 2014 las partes en conflicto también firmaron una serie de compromisos, que sin embargo a la luz de sucesos posteriores determinaron nuevos y cada vez más intensos combates. Hoy los guerreros descansan, quizás planificando cuáles serán sus próximos pasos, aunque tienen poco tiempo para velar a sus muertos, saben que la diplomacia no siempre puede sacar “conejos de la galera”. Mientras tanto la ciudad Mariupol observa con atención, es un blanco para los separatistas o independentistas o terroristas, según desde que lado los nombren. Juan José Dimas.