DIGNOS. INDIGNOS. INDIGNADOS-

DIGNOS. INDIGNOS. INDIGNADOS-
Escribo estas líneas luego de las elecciones en España del domingo 22 de mayo. Día histórico en Argentina. Por aquel tiempo de 1810, cuando los acontecimientos vividos en España motivaron y justificaron la convocatoria a un Cabildo Abierto, que luego de la votación marcó el inicio de un camino hacia la Independencia.
El siglo 20 conoció un fenomenal crecimiento en muchas ramas industriales, innovaciones tecnológicas, adelantos científicos. Además se alcanzó pisar el satélite terrestre La Luna, un pequeño paso en la historia del hombre un gran paso en la historia de la humanidad, dijo el primer hombre en pisar el suelo lunar. Eran tiempos de la guerra fría, cuando competían dos bloques políticos económicos, con bondades hacia adentro de sus fronteras y territorios satélites. Tiempos del laboratorio de Vietnam para probar nuevos adelantos bélicos. Luego la crisis del petróleo, en realidad crisis energética de los países hegemónicos, también autodenominados desarrollados, los que habían crecido sin importar como, no previendo la crisis ambiental del siglo 21.
Pero también, no previendo que en algún momento los excluidos del sistema, los que miran por televisión los adelantos de la producción y no pueden consumir ni siquiera la comida diaria, consumir en el sentido de comprar, los excluidos empezarían a rebelarse. Por cierto al tímidamente al principio, al amparo de una extensa, voluminosa y garantista nómina de convenciones, declaraciones, pactos, y demás, que dicen en teoría que es inherente al ser humano pero que sin embargo la realidad, la práctica, les cierra la puerta y la ventana también. Pues bien el siglo 21 promete cosas diferentes. Que se vayan todos, gritó Argentina al principio de siglo, y desde fin del año 2010 y comienzo del 2011 las protestas se generalizan y expanden a la par de Estados Nacionales quebrados. El hasta más reciente hervor, España, es otra demostración de indignación, y con propuestas, véase por ejemplo los puntos redactados en la plaza Puerta del Sol de Madrid. Pero además se presentan en Paz pero con firmeza reclamando no declamando. Recordando el estilo Gandhi, que no importan cuantas cabezas de los manifestantes sean golpeadas, volverán una y otra vez. ¡Qué salga el toro, coño! Pero, nadie les prometió el oro y el moro. A lo sumo podrán disfrutar, si pueden pagar la conexión, los triunfos de Nadal en tenis, Alonso en automovilismo de fórmula 1, o el predominio del Barcelona FC (más que un club) sobre el Real Madrid, mostrando que los tiempos cambian. Las personas reunidas en la plaza levantan y agitan sus manos, libres de todo elemento, vacías. Pero por ahora del cielo no cae maná, ni siquiera euros. ¿Será el comienzo de un nuevo movimiento social? ¿Superarán los planteos del Mayo francés? ¿El monstruo de internet jugará a favor?, o será distorsionado, controlado y hasta limitado.